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XI. La mujer perfecta
Está en boca de todos,
aunque solo unos pocos son capaces de hacerla disfrutar.
No siempre es la más guapa,
ni posee un cuerpo escultural.
No le gustan las relaciones serias
prefiere dejarse amar,
ir de mano en mano y sentirse querida por todos.
Le encanta viajar
entre ideas, libretas y hojas en blanco
en busca de un hogar,
de un espacio donde ser libre
y transmitir toda la pasión que tiene ahí guardada.
Ella es una guerrera que abraza y cura cicatrices,
que besa y provoca erupciones de lava
que abrasan cada milímetro de tu cuerpo.
Provoca océanos de lágrimas,
besos, caricias y terremotos en la cama de quienes la
invocan.
Porque ella es la pasión descontrolada de Baco,
la belleza de Afrodita.
La calma tras la tormenta.
La contagiosa carcajada de un niño pequeño.
El brillo en los ojos de dos enamorados
-y los improperios de quienes un día lo fueron-.
Ella es principio y final,
la madre que cura todos los males.
Quien arropa a los desahuciados
e ilumina a quienes, al igual que las avestruces
un día decidieron esconder la cabeza bajo tierra
para evitar así seguir sufriendo.
¿Su nombre? Poesía,
la que todo lo puede.
la que todo lo puede.